En el antiguo Egipto representaba la noche y la muerte. Pero entre los antiguos chinos se relaciona con el yang, el principio activo o masculino, simbolo de la claridad, opuesto al ying.
es símbolo de vigilancia y clarividencia, de sabiduría, discreción y prudencia. Por no poder soportar la luz del día también se le ha asociado con la tristeza, la oscuridad, la melancolía y la soledad.
En la mitología griega se le consideraba sagrado, vinculado a Átropos, siniestra deidad que cortaba el hilo del destino. También se relaciona con Palas Atenea, la Minerva romana, que entre otras cosas simbolizaba la sabiduría y el amor a las artes.